Las 4 cosas que debes saber sobre las plantas carnívoras

Su nombre, forma de alimentación y peculiar aspecto han despertado a lo largo del tiempo multitud de teorías y mitos sobre las plantas carnívoras. No obstante, lo primero que hay que saber es que requieren prácticamente los mismos cuidados que otra especie convencional.

Dicho esto, en el nuevo post del blog de eljardíndelaabuela.com se va a hablar sobre las X cosas que debes (y el resto de los usuarios) saber sobre las plantas carnívoras para que no te dejes engañar por las leyendas urbanas que circulan sobre ellas.

tipos plantas carnivoras

1- Hay dos tipos

Aunque existen más de 600 especies, las plantas carnívoras se agrupan en dos grupos claramente diferenciados: tropicales y no tropicales.

  • Tropicales: su hábitat se encuentra en zonas cuyo clima es cálido, donde la humedad ambiental es notoria y la superficie es rica en nutrientes. Como implican unas condiciones muy específicas, quienes no viven en estos puntos del planeta las mantienen en terrarios enfocados en proporcionarles los cuidados que necesitan.
  • No tropicales: indudablemente son más fáciles de cuidar y no plantean un escenario tan concreto para su crianza y cuidado. No obstante, sí que dependen de que haya temperaturas cálidas la mayor parte del año, un territorio que retenga la humedad y sustratos con pocos nutrientes.

Algunos ejemplares de plantas carnívoras comunes son:

  • Dionaea Muscipula: conocida coloquialmente como Venus Atrapamoscas por su alimentación a través de dicho insecto, es relativamente fácil de encontrar. Eso sí, hay que tener claro que si se van a colocar en casa debe hacerse en una localización con mucha luz.
  • Drosera: es muy fácilmente identificable gracias a esa especie de pelillos rojos que emplea para almacenar el agua y que, a su vez, emplea como cebo para comerse a los insectos. La Rocío de Sol como es conocida popularmente demanda un espacio de gran iluminación y es capaz de adaptarse a climas extremos, de forma que puede lidiar con temperaturas ubicadas entre los 10 y 30 grados.
  • Pinguicula Grandiflora: muy presente en Francia, Suiza y en nuestro país, se distingue por sus rosetones de hojas verdes y flores de color violeta que le dan una imagen de delicadeza. No obstante, ello contrasta con su habilidad para acabar con las plagas de insecto en zonas exteriores del hogar. Además, se maneja bien en frío extremo y en climas cálidos.

clima idóneos plantas carnivoras

2- Lugar y clima idóneos

Por un lado, las no tropicales demandan la misma calidez que es habitual en el seno del hogar la mayor parte del año. Sin embargo, en invierno viven inactivas, lo que implica que permanezcan así entre tres y cinco meses en base a la especie que se trate. En esa época necesitan como agua de mayo temperaturas por debajo de los cinco grados y que no vayan más allá de los cinco bajo cero.

Por lo tanto, en el peor de los casos se puede recurrir al frigorífico para hibernar de la mejor manera posible. Si está dentro de la vivienda entonces es mejor optar por un sitio con mucha luz sin que impacten directamente sobre él los rayos, puesto que eso podría secarla.

sustrato adecuado plantas carnivoras

3- El sustrato adecuado

La inmensa mayoría de especies requieren un sustrato que esté capacitado para retener la humedad y, de esta forma, imitar las condiciones de un pantano. No obstante, las hay que necesitan uno con un drenaje óptimo para que las raíces no se encharquen ni se pudran.

Dicho esto, en condiciones normales necesitan uno que se base en turba para que crezcan como es debido, como por ejemplo el esfagno o la turba de Sphagnum:

  • Esfagno: el grueso de su composición lo ocupa el musgo para facilitar esa retención de humedad.
  • Turba de Sphagnum: le caracteriza un pH ácido, aunque carece de muchos nutrientes ya que ese es el hábitat de estas plantas y por ello han desarrollado otros métodos de alimentación a través de absorción de nutrientes procedentes de organismos vivos. También retiene la humedad con facilidad.

Si no se encuentran ninguno de estos, la perlita, la vermeculita o la arena mezclable con alguno de ellos pueden ser una buena solución.

4- Riego y comida

El trabajo de riego debe ser constante, aunque es cierto también que el agua de la lluvia es lo mejor para ello. Sin embargo, como no siempre se puede tener un cubo lleno de ello, el agua destilada y la hervida de grifo tras enfriarse son dos alternativas válidas.  En el caso de optar por la segunda de ellas hay que sustituir el sustrato cada seis meses para que el pH siempre sea el necesario y nunca insuficiente.

Para no tener que estar tan pendiente, lo suyo es colocar una bandeja justo debajo, a una distancia de 2.5 centímetros, para garantizar el continuo suministro a través de su absorción por capilaridad. Por el contrario, en invierno hay que limitar esa labor ya que no requiere tantos cuidados en este sentido.

Finalmente, has de saber que su alimentación no tiene que correr a cuenta de ti, sino que contiene mecanismos de atracción irresistibles para moscas, mosquitos, mariposas, arácnidos y hormigas. Cada vez que cazan a alguno de estos tienen para 2-3 semanas, así que es importante que controles su ritmo de comida para no saturarla con algún otro que hayas visto por casa y se lo quieras servir.

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